Querido Nole

Espero que te encuentres bien de salud, y que la comida digna de aquellos que buscan asilo, pero no de seres supremos como tú, no te esté causando mucho retortijón. Ya sé de tus delicados intestinos y me tienes preocupado. ¡Qué poca vergüenza la de algunos países, tratarte así! Y pensar que en algunos lugares del mundo hay padres que darían su vida para que a sus hijos le dieran la comida esa tan asquerosita que te están dando… Todo es relativo.

Yo por mi parte estoy bien. Vacunado y tal, ya sabes. Por lo demás, pues como la gran mayoría del mundo. Ese 99% que curra mucho, gana poco, y soporta la del pulpo a diario con el único fin de que el otro 1%, al que creo que tú perteneces, vivan mejor que los dioses del Olimpo, al que creo que crees que perteneces.

Nole, Nole… querido Nole. No le diré a nadie que no aprecio tus virtudes. Que te lo has currado, joder. Al César lo que es del César. Pero por más que ganes, por más que repartas amor artificial al final de una victoria importante, como los minions de marketing supongo que un buen día te sugirieron tras una de tus muchas pataletas de ´no me quieren´… tengo la sensación de que algún día pasaré la página y caerás en el agujero negro de mi olvido. No te lo tomes a mal. No eres el primero, ni serás el último. Tal vez en el futuro, un atisbo de tus proezas me volverá fugazmente en forma de radiación de Hawking; aunque supongo que para entonces a los humanos nos habrán reducido la capacidad de atención a lo que dura un video de TikTok, y esas ondas lamentablemente me pasarán desapercibidas.

En el ejercicio técnico de tus tareas eres la repera. Y entiendo que papá piense que eres el humano más importante que actualmente camina sobre el planeta. Pero, tengo noticias para él. Eso piensan la mayoría de los padres sobre sus hijos. Y algunos hasta tienen razón. Hay tipos que han desarrollado la vacuna del Covid y han salvado millones de vidas. Otros, simplemente, salvan vidas a diario mientras son explotados por unos servicios sanitarios a los que bien poco les importa la propia salud de sus trabajadores. Algunos, durante sus turnos, no tienen tiempo ni para comer. Así que no hagas muchos ascos, anda. O el mismo cartero de mi pueblo, sin el que mi vida durante los confinamientos habría sido realmente complicada. No todo son calderos al final del arco iris en los lugares remotos…

Y es que reventar una bolita peluda a trallazos pegados con unas cuerdas, no se me antoja una actividad de vida o muerte para el planeta. Por supuesto. Esto es aplicable a cualquier otro semidios que finja lesiones en los momentos más convenientes, tarde quince días en recorrer los tres metros que le separan de su toallita mágica, y otro tipo de mandangas. Algún día te escribiré sobre el futuro a corto plazo de tu profesión, a menos que haya cambios radicales. Lo que sí que molaría sería conocer el algoritmo por el cuál tipos como tú, o como muchos políticos, llegan a autoconvencerse de que las normas están para la plebe, sobre todo las medidas que joden. Y ése es el verdadero origen de la inmensa fuerza gravitatoria que te hundirá en mi olvido para la eternidad.

Mientras tanto, Antigualla Blindada, lo dicho. Me voy a animar al Alambique Veloz y a Penélope Glamour, que ganarán menos, pero molan más. Al menos éstos no tienen historia de ya haberla montado en el pasado con un brote epidémico gracias a su inestabilidad neuronal.

Un fuerte abrazo.